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La seguridad explota

In Botepronto on agosto 27, 2013 at 3:42 am

Por donde se le vea y aunque los funcionarios pretendan ocultarlo mediante el regresivo expediente de guardarse la información, el tema de la seguridad pública hace crisis en muchas partes y, particularmente, en el municipio de León.

Cinco homicidios en un fin de semana parecen demasiados para la opinión pública, reflejada tanto en los medios de comunicación, como en las conversaciones de sobremesa y en las charlas de café. Para los únicos que parecen casi normales, son para los funcionarios públicos encargados de nuestra seguridad.

la alcaldesa Bárbara Botello aseguró este lunes que “León es todavía una ciudad segura”. Desde luego, la realidad se ve muy distinta cuando uno es conducido de la casa al trabajo, a los restaurantes y hasta de compras, por una docena de guardias de corps en dos camionetas blindadas.

Tampoco el tesorero Roberto Pesquera o el secretario del Ayuntamiento, Martín Ortiz, hasta hace poco simples mortales, deben de sentirse inseguros con las escoltas que les ha asignado el Ayuntamiento.

Qué decir del Secretario de Seguridad, Miguel Pizarro, custiodado por toda una fuerza de tarea, al igual que su esposa. Para ellos, la inseguridad ocurre muy lejos de su realidad y cuatro o cinco cadaveres por semana, así como una catarata de robos domiciliarios y asaltos a negocios, no pasan de ser “algo normal”.

Sin embargo, las cosas son muy diferentes para los ciudadanos de León, que todos los días se enteran de historias de terror, porque terrorífico es pensar que la intimidad del domicilio sea violada y los pocos o muchos haberes de las familias resulten depredados o, peor aún, que la propia integridad física esté en riesgo.

Para quienes se encuentran así expuestos, no hace falta que los funcionarios oculten las cifras, la percepción de que la ciudad es hoy más insegura que nunca ya está instalada. Ante eso, declaraciones como la de Bárbara Botello, de que “León sigue siendo una ciudad segura”, resultan más que una burla, una auténtica afrenta.

Entonces, sería la pregunta, porqué en campaña la candidata ofrecía “seguridad en tu colonia”, si las cosas no estaban tan mal. Y justo es decir que hace un año la situación era más soportable que ahora.

Sin embargo, la responsabilidad no recae sólo en una administración municipal que sigue sin saber para qué quería el poder. Allí está también el gobierno estatal, que de pronto pareciera que no quiere hacerse cargo de lo que pasa en León, como si su compromiso terminara en la puerta Milenio.

Miguel Márquez es gobernador de todos los guanajuatenses y dispone de una Secretaría de Seguridad con carácter preventivo, aunque pareciera que la coordinación alcanzó sólo para la conspiración que quiere ocultar las cifras indicativas de la inseguridad, pero que más allá es imposible.

Los ciudadanos no pueden ser rehenes de la falta de oficio de sus gobernantes y de competencias infantiles por cuidar la imagen. Sobre todo porque, de seguir así, el deterioro visto hasta ahora no será más que el inicio de un auténtico descenso a los infiernos.

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