En el último estirón del año, el nuevo gobierno de Guanajuato flaqueó. No alcanzó el dinero para pagar más que a un 45 por ciento de los becarios el programa olivista Contigo Vamos, dejando en la estacada a más de 42 mil estudiantes de escasos recursos y a sus familias, que tenían en ese ingreso un alivio a su precaria situación.
La entrega completa del pago del último bimestre del año implica alredor de 50 millones de pesos, que ahora quedará en alrededor de 22 millones de pesos. El gobierno se ahorrará 28 millones de pesos.
En contraste, el monto que alcanzan a la fecha las liquidaciones a ex funcionarios llega ya a 48.5 millones de pesos. Además, el estado dispuso de 200 millones de pesos para sacar de apuros a los municipios que no tenían fondos para concluir el año.
Ante esas prioridades, la última entrega de las becas escolares ideadas por Juan Manuel Oliva como un programa populista con finalidades de crear clientelas políticas, ya no pudo darse en la proporción en que se hizo cuando era importante: antes de las elecciones.
Se ha hablado, además, de que el programa de becas no cumple con su cometido de incentivar la participación escolar. Ahora, el secretario de Gobierno, Antonio Salvador García, abiertamente señala que conoce casos de duplicidad en la recepción de becas.
No estaría de más recordar que este proyecto fue manejado por el propio Miguel Márquez a lo largo de sus dos años como secretario de Desarrollo Social, tiempo suficiente para percatarse de las insuficiencias y tratar de subsanarlas.
Ahora se anuncia que el programa se reconvertirá y entregará sus apoyos en especie lo que implica otros riesgos, como la adquisición de productos, algo en lo que las administraciones panistas no han mostrado ni eficiencia ni transparencia; además de las complicaciones logísticas que, seguramente, requerirán burocracia e infraestructura.
No se explica, entonces, si se trata de dar apoyos en especie, que la función se traspase de Sedeshu a Educafin, un organismo financiero que da créditos a estudiantes, con tan mal funcionamiento que está quebrado a causa de su cartera vencida y acumulada desde hace años.
Por cierto, si alguna permanencia en el gabinete de Márquez resulta incomprensible es la del titular de Educafin, Jorge Enrique Hernández Meza, un administrador tan deficiente que cayó en las redes de unos estafadores profesionales que ofrecían intereses de 120 por ciento al año a inversionistas incautos, perdiendo un millón de pesos de su fondo.
Hernández Meza fue perdonado en su momento por su jefe y protector, el titular de la SEG, Alberto Diosdado, en una solución avalada por el entonces responsable de la Secretaría de la Gestión Pública, Miguel Márquez, para que cubriera el adeudo de su sueldo, en cómodas mensualidades.
El suertudo titular de Educafin pudo continuar deteriorando la institución a su cargo, después de una decisión que no le hubiera sido tolerada en una empresa privada o en un gobierno menos laxo.
Hoy, con esos antecedentes, el de la impericia y la ingenuidad, el titular de Educafin evidentemente ya ratificado en los hechos, se hará cargo de repartir útiles escolares e indumentaria por valor de 125 millones de pesos, suponiendo que el monto para becas se reduzca en un 50 por ciento, a partir del próximo año.
Más que una solución, parece una alegre ocurrencia. Sin duda estos son los lodos de los polvos que veremos en un futuro no lejano.
@Arnoldo60