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El Yunque, vivito y coleando

In Botepronto on julio 7, 2012 at 11:04 am

Con la convicción que nadie les quita de que su aportación fue vital para que Miguel Márquez ganara las elecciones, los integrantes de la cofradía ultraderechista infiltrada en Acción Nacional, el Yunque, se disponen a cobrar el botín que ha sido su paga política durante  los mandatos panistas de 1995 a la fecha: la Secretaría de Educación de Guanajuato.

Su intrusión en la elección a través de las estructuras educativas, particularmente las nuevas universidades tecnológicas, el Conalep y el Sabes, no la ven como el problema en que pudo haberse convertido si el PRI hubiese empujado un poco más las denuncias contra el respaldo gubernamental al candidato panista. Todo lo contrario, para ellos es una hazaña.

Y con ese espíritu, las huestes de Alberto Diosdado y su fiel mariscal de campo, Agustin Casillas, han soltado un embate en contra del delegado de la SEG en León, Francisco Javier Zavala, a quien ven como el rival más peligroso para acceder a la titularidad de la dependencia de la mano de Miguel Márquez.

Zavala cometió la imprudencia de ofrecerle al candidato panista a la alcaldía de León, Miguel Salim, el activismo de 15 mil maestros en León que obtendrían 10 votos cada uno. Lo hizo en un día sábado pero no por ello dejó de ser un arrebato declarativo. A causa de eso, Zavala está amenazado con una inhabilitación por parte de la Secretaría de la Gestión Pública de Gilberto Enríquez.

En cambio, Casillas, quien no mueve un dedo sin la anuencia de Diosdado, operó una red de por lo menos una veintena de directivos de alto nivel a lo largo y ancho del estado, para realizar dos foros educativos en honor de Miguel Márquez, en los cuales convergieron centenares de trabajadores de la SEG, padres de familia y alumnos, empleando para ello las potestades de su cargo como subsecretario de Educación Superior de la dependencia.

Esa conducta no ha merecido de parte de la Gestión Pública ningún señalamiento, solamente la definición de exonerar a Diosdado de antemano.

Se notan dos raseros para calificar conductas que ni siquiera pueden equipararse: Zavala sólo abrió la boca de más; Casillas empleó su cargo y los recursos de la SEG para dos eventos de campaña.

La gran pregunta es ¿quién protege a Diosdado, el incidental gobernador Héctor López Santillana, el aún influyente Juan Manuel Oliva  o el mismísimo Miguel Márquez?

Con estos antecedentes, lo que queda por esperar es que la consigna marquista de “más PAN y menos Yunque”, en materia de educación, quede en lo mismo que los 150 mil votos ofrecidos por el entusiasta delegado Zavala a Miguel Salim: en nada.

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