Vaya con los mensajes que lanzan los candidatos a la gubernatura. Ante la convocatoria de la incipiente organización de jóvenes universitarios #Yo Soy 132 en Guanajuato, para asistir a un debate de los cinco aspirantes, los dos punteros respondieron de inmediato y de forma coincidente: “vamos a ver nuestra agenda”.
Tanto Miguel Márquez como Juan Ignacio Torres Landa se han caracterizado por llevar a cabo la mayor parte de sus actos de campaña en foros de simpatizantes. Han sido contados los eventos de contacto con la sociedad civil, que regularmente se limitan a organismos empresariales o asociaciones gremiales; cuando mucho, se llega a algunas ligas deportivas.
Los eventos en universidades han sido contados, prácticamente todos ellos a convocatoria de las propias instituciones educativas. La Universidad de Guanajuato, que abrió sus puertas a los candidatos, sólo recibió solicitud del perredista Arnulfo Montes de la Vega quien, para empeorar las cosas, sufrió un desaire en la casa de estudios.
Son prácticamente inexistentes los foros a los que acuden los candidatos sin red de protección. El diálogo franco con auditorios abiertos, con todo lo que puede tener de enriquecedor, han sido un gran ausente en las campañas.
Quizá por eso escuchamos tantas ideas repetitivas, tanta escasez de pensamiento nuevo, tanto cansancio en las palabras machaconas, en los eslóganes vacíos en la abrumadora mercadotecnia que invade todo y no dice nada nuevo.
Por otra parte, nadie puede negar que el movimiento estudiantil es apenas un embrión de organización. Si lo es a nivel nacional, mucho más en Guanajuato, donde apenas se han manifestado algunos centenares de estudiantes y sólo hasta ayer se realizó su primer evento de autoconformación.
Sin embargo, nada de eso parece un impedimento serio para un diálogo enriquecedor si hubiese disposición de los candidatos a escuchar. Los jóvenes han hablado de condiciones de equidad, además, se trata de universitarios, lo que ya ofrece una garantía de civilidad.
Pero, incluso si no fuera así, a los candidatos que puntean la contienda les serviría saber qué están pensando y cómo se están comportando los jóvenes que han estado recibiendo el beneficio de la educación superior en un país que deja sin ella a buena parte de sus nuevas generaciones.
Miguel Márquez, por ejemplo, ha hablado mucho de continuar el esfuerzo educativo que se realizó en los anteriores gobiernos panistas, particularmente en el de Juan Manuel Oliva. ¿No sería sano que se percatara por propia mano de lo que piensan los jóvenes del modelo educativo reinante?
De Juan Ignacio Torres Landa extraña mucho su negativa a abordar públicos críticos, como lo ha hecho en su propio partido y ahora hacia fuera. ¿Qué no es el propio Torres Landa un crítico acérrimo de la forma de gobernar del PAN? Para poder hacer crítica también hay que saber escucharla.
Por lo pronto, en su primera señal, los dos candidatos, Márquez y Torres Landa, han dispuesto un colchón de tiempo antes de tomar decisiones con respecto a la invitación de los jóvenes guanajuatenses de #Yo Soy 132. Deberán, seguramente, consultarlo con sus asesores en los cuartos de guerra y buscarán minimizar riesgos. Falta también conocer la respuestas de los otros tres candidatos que, por lo visto, tienen muy poco qué perder.
Aceptar esta invitación, puede no resultar cómodo para los señores candidatos, pero sin duda alguna dejarían en claro que están dispuestos a ir a dónde sea necesario con la finalidad de sostener un diálogo.
Se trata de una actitud que mucho le hará falta a quien llegue a gobernar, para dar respuestas en los complicados días por venir.
