Me confirman fuentes de la presidencia municipal de León que el alcalde Ricardo Sheffield se encuentra modificando una propiedad para adaptarla como despacho profesional en la calle de Valle de Atemajac.
“Los vecinos lo han visto, ellos lo saben”, me dice mi fuente. No se trata de ningún tema oculto.
Lo que no me resulta ya tan explicable es que el futuro vecino del lugar no haya tenido la gentileza o la lucidez de preguntar antes a quienes convivirán con él en un futuro próximo, sobre la conveniencia de hacer modificaciones al entorno.
Más allá del hecho de que no parece haber planeación alguna en llegar a construir cajones de estacionamiento donde hay zonas verdes, en una ciudad que carece de ellas gravemente, lo que no parece ni político ni educado es iniciar una vecindad con medidas autoritarias.
De cualquier manera, la provocación emanada del municipio logró, como dijimos ayer, algo que debe ser valorado en donde quiera que se presente: la superación del letargo civil y el interés de un grupo de ciudadanos en un tema que les afecta.
Puede ser que Ricardo Sheffield y Mario Ontiveros, su director de Obras, no hayan podido construir sus estacionamientos, pero sin duda dieron la oportunidad, así haya sido como reacción, para edificar algo más importante: ciudadanía.