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El agua de Guanajuato, más turbia que nunca

In Botepronto on mayo 4, 2012 at 4:16 am

Ahora resulta que el viaje a España de cinco consejeros de Simapag, cuatro de los cuales ya no ostentan esa representación a estas alturas, así como del director general Edgardo Meave Pérez, no sólo fue una frivolidad, sino que, algo más delicado aún, podría ser la secuela de una trama de favoritismo político, pago de favores y quizá hasta tráfico de influencias.

Ahora se viene a saber que la empresa española Estruagua, a donde se dirigieron los consejeros viajeros que fatigaron los caminos de Andalucía durante dos semanas, no sólo tiene representación y oficinas en México, sino que uno de sus más distinguidos asesores es el diputado federal panista Ramón Merino Loo, quien como contratista se dedica precisamente a edificar plantas tratadoras de agua y fue el beneficiario de la obra para la realización de la planta sur de Simapag.

En su currícula empresarial, el legislador y presidente de la empresa Ecosistemas del Agua, S.A. de C.V., presume de ser consejero de Estruagua de México, S.A. de C.V. de 2007 a la fecha. Antes de participar políticamente en el PAN, Merino loo fue militante del PRD y de ahí proviene su amistad con Sealtiel Ávalos, ex secretario de ese partido y actualmente presidente del Consejo de Simapag.

Son demasiadas casualidades: Merino Loo y Sealtiel Ávalos son viejos conocidos; Merino Loo es contratista de Simpag; Merino Loo es consejero de la empresa española que quiere vender una tecnología de 60 millones de pesos para tratar el agua sin que se piense licitar hasta ahora; esa empresa, Estruagua, invita a los consejeros de Simapag a un viaje que resultó de placer, pues al final del día ni siquiera lograron observar en forma operativa la tecnología que pretenden comprar.

El tema seguramente no se agotará pronto: por lo menos dos de los consejeros paseantes, Fausto Montoya y Rosa Amelia García, son candidatos a regidores en la planilla perredista que encabeza el empresario turístico Ricardo Herbert Chico.

Guanajuato capital, que ya conoció el desgobierno del panista Eduardo Romero Hicks; así como los atropellos desbocados y la incuria del priista Nicéforo Guerrero, ahora tiene la oportunidad de medir la voracidad de un neoempresariado perredista que llega tarde pero desatado a los negocios desde el poder.

Para que se vea, por si hiciera falta, que en todos lados se cuecen habas.

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