La política nacional y la local afrontan nuevos esquemas de impredecibilidad. Las certezas desaparecieron junto con los formatos rígidos de antaño y el nuevo caos, que asusta a muchos, no deja de ser vivificante. Para ilustrarlo ahí tenemos tres casos sólo en la última semana: el regreso de Córdova, la resignación de Torres Landa y la angustia de los candidatos panistas a diputados federales.
Sólo hay que ver cómo ha cambiado el discurso de Juan Ignacio Torres Landa en unas cuantas semanas: de la atalaya en la que se encontraba cuando suponía que Enrique Peña Nieto ya le había susurrado las palabras mayores, a los tropezones de estos días, hay un abismo.
Ya no queda nada del precandidato que aseguraba que sólo aceptaría una candidatura de unidad que fuera acompañada por la de tres aspirantes sólidos, escogidos por él o, de lo contrario, no se registraría.
Ayer, Torres Landa aseguró, al saber que el Trife ordenó el registro de Leonardo Solórzano: “bienvenida la competencia.” Y del tres más uno, ni hablar: ni Bárbara Botello, ni Jesús Félix Servín, representan perfiles empresariales o independientes; en Celaya no hay candidato, pues Juan Khoury no aceptará.
La candidatura de unidad y el tres más uno murieron cuando Juani vivió el susto de su vida en aquellas horas en las que José Ángel Córdova debatía su futuro político con representantes de Peña y la posibilidad de que la candidatura priista en Guanajuato se convirtiera en candidatura ciudadana, era real.
El propio Córdova ha vivido días agitados. La solución conocida ayer de asumir la Secretaría de Educación Pública del Gobierno Federal, tras la enfermedad que postró a Alonso Lujambio, no puede entenderse sin la participación activa de la maestra Elba Esther Gordillo, una de sus mayores impulsoras para la candidatura ciudadana en Guanajuato, desde el Panal, el partido impulsado por Gordillo.
En un momento de tensión en el sector educativo, evidente en la desmesura de las movilizaciones que se realizan estos días en la capital del país, Felipe Calderón requiere de un interlocutor que también sea fiable para Gordillo.
La relación entre la lideresa sindical y el médico guanajuatense se dio en las negociaciones para la operación del ISSSTE, cuya titularidad fue entregada a Miguel Ángel Yunes Linares, entonces cercano a Elba Esther Gordillo, tras el pago de favores de la elección del 2006.
Córdova se hizo cargo del área médica, a través del irapuatense Carlos Tena Tamayo, quien fungió como director médico de la institución y todos los testimonios coinciden en que la relación entre el gastroenterólogo leones y la poderosa dirigente magisterial creció, a grado tal que siempre contó con el respaldo del Panal en su aventura política en Guanajuato.
Por ese camino imprevisible, hoy Córdova regresa al primer plano nacional, justo ocupando el despacho de José Vasconcelos y con altas expectativas sobre su desempeño que, de cumplirse, incluso podrían catapultarlo al próximo sexenio, independientemente de quién gane la presidencia de la República.
Y en el extremo de los acontecimientos de esta semana, el PAN de Gustavo Madero, aquejado por demasiados frentes, no atinó a definir quienes serían los candidatos a diputados que tendrían que dejar su lugar a aspirantes mujeres, para cumplir con los topes legales sobre equidad de género.
Será el azar el que defina quienes deban ceder sus derechos ganados en elecciones democráticas, por lo que la angustia de los precandidatos panistas seguirá.
No podría haber una mejor metáfora de cómo se encuentran los escenarios políticos en el país y en la entidad que esta incertidumbre que sólo depende de golpes de fortuna.
es la efervecencia politica y el cambio de reglas no escritas donde son sorpresas adiario.