Con un video promocionado en redes y el anuncio de una gira por los 46 municipios, el líder panista se hace presente en los momentos preelectorales de Guanajuato, más con ganas de ser actor que simple árbitro.
Como aquí lo anticipamos, el dirigente estatal panista Humberto Andrade Quesada está cada vez más metido en la ruta de volverse un prospecto para la candidatura a gobernador del 2018.
Esta semana se vio un salto cualitativo en la estrategia del político leonés que ya vio como sus posibilidades de ser candidato a alcalde de León se diluían hace un año ante su escaso reconocimiento por parte de las audiencias, medido en encuestas.
Un video promovido en las redes sociales, con una cuidada producción y un mensaje dirigido tanto a los panistas como a los ciudadanos en general, anuncia una gira de Andrade por los 46 municipios de la entidad, la cual inició en las comunidades más alejadas de la Sierra Gorda de Guanajuato.
La producción enfatiza la imagen de Humberto Andrade Quezada y coloca su nombre en titulaje. Acto seguido, se explaya en imágenes atractivas de los municipios visitados y muestra un Andrade activo, en contacto con la gente, encabezando reuniones y mandando mensajes.
De momento se pudo apreciar el video solo en las redes sociales del PAN, aunque el mensaje también habla de establecer “compromisos con la ciudadanía”.
De continuar este paso, que llevará a Humberto Andrade a los 46 municipios de la entidad, en los próximos meses tendremos un buen número de videos que estarán siendo replicados por la estructura panista de todo el estado y logrando un poderoso posicionamiento del mensaje y la imagen del dirigente estatal.
La estrategia no es novedosa, la aplicó Ricardo Anaya durante el año previo a las elecciones de junio de este año y formó parte de las acciones que confluyeron en un aplastante triunfo del PAN, de ribetes históricos.
Si la promoción de la imagen del joven líder panista influyó o no en las victorias electorales, se puede debatir. Pero, indiscutiblemente, el hecho de que ambas cosas hayan confluido elevó sensiblemente la presencia y las posibilidades políticas de Anaya en el corto plazo.
¿A algo similar aspira Andrade? Solo él lo sabe y quizá algunos de sus consejeros más cercanos, pero indiscutiblemente que el dirigente estatal del PAN parece haber dejado atrás una línea de sobriedad, una moderación que muchas veces ha sido tomada por desgano.
Humberto Andrade sabe que las cosas se complicarán en el futuro inmediato. Tiene la exacta referencia de que Fernando Torres Graciano no se someterá a una disciplina impuesta desde palacio de gobierno. También tiene noticias ciertas de que el gobernador Márquez hará un esfuerzo frontal por construir la candidatura de un delfín, hoy por hoy en la persona del secretario de Desarrollo Social, Diego Rodríguez.
Es ahí donde aparece la posibilidad del tercero en discordia, en la línea de lo que ocurrió en León antes de las elecciones del 2015. Es de pensarse que Humberto Andrade, fiel a su estilo, no quiera broncas con nadie, ni con su amigo Fernando, ni con el gobernador, o cual no le impide una mayor presencia con el pretexto de la reorganización panista, peor anteponiendo su nombre y su imagen.
Además, Andrade cuenta con factores de los que carecen otros actores políticos vigentes en la actualidad: nexos empresariales familiares y amistosos, cercanía a un poderoso grupo editorial, identidad con íconos del panismo histórico en Guanajuato.
En política y más en la guanajuatense de los últimos años, nadie sabe para quién trabaja. Y Humberto Andrade lo ha visto en carne propia para bien y para mal. Quizá por ello, esta vez quiere llegar pertrechado al momento de las definiciones.