El exgobernador y su método de hacer campaña electoral mediante el empleo de recursos públicos están más vigentes que nunca en Acción Nacional, aunque muchos nieguen al personaje.
Hace unos días, cuando se difundió la versión de que Juan Manuel Oliva había sido reclutado de nueva cuenta por el PAN de Gerardo Trujillo y de Miguel Márquez para operar en la elección que corre, los deslindes sobrevinieron en cascada.
Palabras más, palabras menos, Héctor López Santillana ni se acordó del señor con el que colaboró cinco años y a quien relevó en el sexto. Carlos Medina fue más lejos: “si Oliva estuviera aquí, yo no estaría”, dijo con la autosuficiencia que se ha convertido en su sello.
Pues bien, este domingo, una completa y sólida investigación periodística de A.M., el mismo diario que en 1988 reportó el fraude que el PRI buscaba realizar en las elecciones federales en León con casillas repletas de votos a las 7 de la mañana, pone en evidencia una nada sofisticada operación electoral con empleo de recursos públicos, diseñada y ejecutada por la Secretaría de Desarrollo Social y Humano que dirige Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, un destacado olivista.
Se trata de un programa de empleo temporal con las siguientes características: crece de un año a otro de 2 mil a 13 mil beneficiarios; contempla un pago de 4 mil 200 pesos por persona por acudir a trabajar una hora durante dos meses; es aplicable en 12 colonias marginadas de León; justo arranca el 20 de abril (el mismo día que iniciaron las campañas a diputados locales, donde participa el ex titular de Sedeshu, Éctor Ramírez Barba); y su mecánica establece pagos en dos exhibiciones, el 2 de junio y el 2 de julio, con la fecha de las elecciones en el medio.
Pero eso no es todo. La estulticia o el exceso de confianza de los organizadores de esta descarada operación de compra de voto los ha llevado a cometer los siguientes errores: entre los lugares donde se promueve el programa, está la oficina de la diputada federal panista Elizabeth Vargas; los promotores forman parte de campañas como la del propio Ramírez Barba y la de Libia Denisse García; los promotores hablan abiertamente de que el objetivo es que gane el PAN, de ocurrir lo cual “va a haber más beneficios”.
Hasta ahora, el encargado de la campaña “de tierra” del PAN en León, es decir la promoción electoral directa con los ciudadanos, era el subsecretario de Planeación de Sedeshu, Fortino Hernández Becerra, otro destacado olivista. El responsable del programa de empleo es su colega en Desarrollo Social, el subsecretario de Administración e Inversión Gerardo Morales Moncada.
Así, a pesar de los pruritos de panistas de cuello blanco como López Santillana o Medina Plascencia y pese a la cara de asco que hacen cuando se les menciona el nombre de Oliva, la operación para garantizar el triunfo del PAN el próximo 7 de junio está en manos de Juan Manuel Oliva bajo la fórmula que inventó el repudiado (de dientes para afuera) exgobernador: el uso de recursos públicos para la compra del voto, todo ello con conocimiento y autorización de Miguel Márquez, el gobernador que muy probablemente llegó al poder por esa misma vía.
Por supuesto, el argumento que se maneja en las oficinas del gobierno estatal y en los pasillos del PAN, les deja tranquila la conciencia: “el PRI hace lo mismo, solo nos estamos defendiendo”.
Sin embargo, todavía hay testigos de como fueron las cosas hace 27 años, cuando Medina llegó a la alcaldía y con ello un panista por vez primera en la historia: la operación del PAN consistió en desmantelar el fraude priista; el triunfo se lo dieron ciudadanos que acudieron a ejercer su derecho libremente.
Hoy eso no pasa. El PRI y el PAN libran una batalla donde hay tramposos de ambos lados; donde la ley es un estorbo; donde lo único que importa es ganar aún en ausencia de los ciudadanos. Por ello resulta risible la insistencia medinista que de que su regresó obedece a una intención de sanear la política. Lo más probable es que de llegar a la sindicatura, Medina se lo deberá íntegramente a su odiado sucesor.
Al final del día, se trata de un triunfo moral del PRI: “vean, todos somos iguales”, dirán sonriendo desde su retiro algunos viejos dinosaurios.
Por lo pronto, la exhibición de la operación “empleo temporal”, dada a conocer este domingo por el rotativo leonés, deja en claro que aunque son tan tramposos como los priistas, los panistas son aún muy torpes.
Exhibidos quedan Éctor Jaime Ramírez Barba y Diego Sinhué Rodríguez, el primero por el diseño y el segundo por la ejecución de una operación que probablemente llevará a Miguel Márquez a una complicación legal, la cual tendrá que ser ante la Fepade, pues aquí no hay para donde
¿O alguien cree que localmente habrá una investigación? ¿Establecerán sanciones? Alguien ve actuando a un IEEG vulnerado internamente por su propia ineficiencia y la cooptación que ha hecho de su consejo el gobierno marquista? ¿Aparecerá Isabel Tinoco, la Secretaria de la Transparencia?
Se vale soñar.