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Bárbara Botello y el PRI: en busca de un milagro

In Botepronto on septiembre 15, 2014 at 3:02 am

Coinciden encuestas de diversa índole, incluso las que manda hacer la propia presidencia municipal y se guardan como un celoso secreto: la popularidad de la alcaldesa priista de León, Bárbara Botello Santibáñez, y la calificación que le otorgan los ciudadanos a los que gobierna, viene en caída libre desde mediados del año pasado.

En el arranque del 2013, el primer año de ejercicio del gobierno que significó una alternancia política tras 24 años ininterrumpidos de gobiernos panistas, los ciudadanos mantuvieron el beneficio de la duda.

Una encuesta de Mas Consulting Group de febrero de 2013 señalaba una percepción favorable de 43 por ciento de aprobación al desempeño del gobierno priista, por un 25 por ciento de desaprobación, con un apreciable 32 por ciento de respuestas “no sabe/no contestó”.

La calificación del mes de diciembre de ese año, en un estudio de opinión de la misma empresa, ya mostraba un preocupante 73 por ciento de desaprobación, donde 38 por ciento desaprobaba “algo” mientras 35 por ciento desaprobaba “mucho” la gestión de Botello. Los indecisos descendieron en esa ocasión a solo un 4 por ciento.

(Encuesta Mas Consulting Group en Zona Franca)

Otra casa encuestadora, Inmersa Research, ha secuenciado el análisis de la realidad política de León, realizando estudios en julio de 2013, junio y septiembre de 2014. La evolución es consistente a la baja, tanto en popularidad de la alcaldesa, medida con calificación, como en desplome de la tendencia de voto en favor del PRI.

Por si no bastaran esas percepciones, en el mes de julio se conoció públicamente una de las encuestas contratadas por el municipio de León a la empresa de la ciudad de México Gabinete de Comunicación Estratégica, propiedad de Liébano Sáenz y Federico Berrueto, dos destacados políticos y analistas cercanos al PRI. En ese estudio, la alcaldesa también resultaba reprobada por los participantes en la muestra analizada.

La situación, por dondequiera que se le vea, resulta altamente preocupante para el futuro político de la propia funcionaria priista, para su partido en León y también para la estrategia general del PRI en Guanajuato y a nivel federal de cara a las elecciones de 2015, donde se renovará la Cámara de Diputados.

Para tratar de revertir esa situación, el gobierno federal no ha escatimado recursos económicos ni respaldos políticos. Bárbara Botello fue apoyada por los altos mandos del PRI y del gobierno federal para asumir la presidencia de la Federación Nacional de Municipios, perteneciente a ese partido, lo que a su vez la llevó a presidir la Conferencia Nacional de Municipios, que aglutina a las tres organizaciones de alcaldes del país.

Además del foro nacional que eso le otorga, ha tenido visitas del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; y del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Este último le gestionó un recurso extraordinario de 350 millones d espesos para impulsar el primer parque industrial privado de León.

La de Botello ha sido la administración municipal que más recursos ha tenido para obra pública en la historia de León, con los apoyos federales extraordinarios; las bolsas especiales para zonas metropolitanas, seguridad y pavimentación; y el segundo endeudamiento más cuantioso de la historia del municipio.

Sin embargo, ni los recursos económicos, ni los apoyos políticos han podido revertir la tendencia que reconocen los estudios de opinión y que se hace patente en los foros de discusión en redes sociales y en páginas de Internet donde se permite la interacción de la audiencia, como lo son las de los diarios y portales de noticias locales.

¿Dónde está la quiebra fundamental de la relación que Bárbara Botello logró construir con el electorado leonés durante su campaña política y que nadie puede negar?

A mi juicio, el tema radica fundamentalmente en el no entendimiento de la candidata priista de que ganó las elecciones con el respaldo de simpatizantes panistas, votantes históricos de esa fuerza política, que buscaban darle una lección a los políticos de dicho partido, pero que no estaban mudando sus convicciones profundas.

Un consultor en la campaña electoral del 2012, parece ser que el español Xavier Domínguez, logró un buen impacto  para los objetivos de Bárbara Botello y el PRI con la frase “El cambio tranquilo”, por cierto retomada del eslogan “La fuerza tranquila”, de la campaña que llevó a Francois Mitterrand a la presidencia de Francia.

Sin embargo, a lo largo de 2013 y en lo que va de 2014, la administración barbarista ha sido todo, menos “tranquila”. La constante pugna con los panistas locales, con los que la antecedieron y con el gobierno estatal, se ha convertido en una lucha estéril. Botello se ha visto más agresiva que defensiva y sus batallas parecen muy mal elegidas.

Incluso, en sus intentos por justificar fracasos propios, no dudo en romper lanzas contra el exalcalde Ricardo Sheffield, quien como se comenta ampliamente en los círculos políticos leoneses, fue uno de los artífices de su triunfo al boicotear la campaña de su correligionario Miguel Salim.

Bárbara Botello y sus asesores no supieron mantener el entramado de alianzas y complicidades que les permitieron el triunfo del 2012, pero tampoco lograron construir una plataforma propia en la ciudad, más allá de los eventuales acarreados con los que llenan sus eventos públicos y que constituyen una ofensa adicional a las clases medias leonesas que le dieron el triunfo al sentirse hastiadas y ofendidas por las administraciones panistas.

Hoy se sabe que la alcaldesa cuenta con un nuevo consultor político, proveniente de forma directa del círculo de confianza de Enrique Peña Nieto. Se trata del arquitecto morelense Juan Carlos Limón García, presidente de ByPower Group, empresa de la que es fundador y que en su propaganda se autodefine así: “somos un equipo creativo que hace milagros”.

Bueno, en León, sin duda, tendrán que probarlo.

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