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Gerardo Sánchez: palabra de político

In Análisis Político on junio 22, 2011 at 5:01 am

¿Quién puede creerles a los políticos? Dicen hoy una cosa y mañana, con la mano en la cintura, aseguran que las circunstancias cambiaron y se desdicen olímpicamente de cualquier compromiso. Un político, hoy en día, es la demostración palmaria de que no existe el respeto a la palabra ni al compromiso.

El priista Gerardo Sánchez García, quien aparece formalmente como el líder de la CNC, una organización campesina que ha dejado atrás su afiliación priista para hacer negocios con los gobiernos panistas, vino a León a decir que no le interesa ningún cargo de elección popular.

“Que me den por muerto”, dice con esa proclividad, también de político, a plagiar frases de adversarios ideológicos, pues el popularizador de dicho aserto fue, ni más ni menos, que Andrés Manuel López Obrador, por cierto también faltando a su palabra al poco tiempo.

Al igual que Juan Manuel Oliva, que plagia a Carlos Salinas para pedir que “no se hagan bolas” y dice no querer ir a coordinar la campaña de Ernesto Cordero, el priista Sánchez también renuncia a algo que nadie en su partido le ha ofrecido: una candidatura en 2012.

Y, sin embargo, en flagrante contradicción con sus aseveraciones, Gerardo Sánchez pasa buena parte de los días de la semana recorriendo Guanajuato, como si su encargo de líder formal de una organización nacional no lo reclamara en la enorme geografía del país.

Así que, está por demás claro que el cenecista que vive en Querétaro, como parece moda entre algunos políticos guanajuatenses, sí tiene una aspiración en el estado: si no es la de ser electo, seguramente es la de convertirse en gran elector.

Entonces, también dice verdades a medias.

Lo preocupante, lo lamentable, es que una fuerza política que quiere rescatar a Guanajuato de los excesos en los que ha incurrido el nuevo partido “prácticamente único”, es decir el PAN, ofrezca como alternativa planteamientos que resultan una mera tomadura de pelo.

Hay otros que piensan que Sánchez García no quiere ningún cargo de elección en Guanajuato porque está pensando en que el liderazgo cenecista, así sea sólo de mero ornato para cubrir el cacicazgo de Cruz López Aguilar, puede catapultarlo al gabinete de Enrique Peña Nieto, como Secretario de Agricultura, en el mejor de los casos; o de la Reforma Agraria, en el peor.

De ser así, el priista salvaterrense estaría repitiendo la equivocación de muchos de sus correligionarios que ya se veían en los gabinetes de Francisco Labastida o de Roberto Madrazo, sin hacer lo necesario porque Guanajuato aportase los votos que podrían ayudar a sus candidatos nacionales.

Al final del día, si algo se concluye de desplantes como los que ha exhibido el diputado federal priista, es que ese partido extrajo  ninguna enseñanza de la dura experiencia de ser oposición por veinte años seguidos; que de su discurso no se desprende ninguna promesa de mejoría para los habitantes de Guanajuato; y que, como políticos, su mejor propuesta es la de pelear el poder como un simple botín de guerra.

Son, quien lo duda, malas noticias para la esperanza de que la alternancia pueda volver más respirable nuestro ambiente político. Y con eso tendremos que vivir.

Botepronto

Acompañado de una distinguida cargada donde aparecieron políticos, como el ex candidato a la alcaldía Isidro de la Peña, y el secretario del ayuntamiento capitalino Gabino Carbajo, este martes se registró… para buscar la rectoría general de la UG, el rector del campus Guanajuato Luis Felipe Guerrero Agripino.

Más solo en cuanto a compañía, pero quizá mejor acompañado por su bagaje académico, el rector del campus León, José Luis Lucio Martínez, hizo lo propio ayer mismo.

La presencia de distinguidos militantes del PRI en la comitiva de Guerrero Agripino hizo pensar a muchos que, si fracasa su incursión por el máximo cargo universitario, el penalista ya acumuló galones para buscar la candidatura a alcalde por la capital.

Sería algo que no le vendría nada mal a ese partido, tras la debacle en la que lo van a dejar precisamente personajes como Carbajo y su jefe, Nicéforo Guerrero, otro aliado incuestionable de Agripino desde que este quiso embarcar a la Universidad como aval en el proyecto de urbanizar La Bufa.

No queda duda: Dios los hace…

arnoldocuellar@zonafranca.mx

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