Arnoldo Cuellar

DÍAS DE GUARDAR Domingo 24 de septiembre de 2023

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on septiembre 24, 2023 at 12:42 pm
  • Libia Denisse: las ocurrencias no hacen una estrategia 
  • Recibe Claudia Susana rectoría minada por Agripino
Arte: Emilio Jiménez

1.- Nombramientos, alianzas, desparpajo: Libia en campaña

Aunque la cada vez más minimizada mesa de acuerdos políticos del PAN sigue trabajando, teóricamente, lo cierto es que la secretaría de Desarrollo Social, Libia Denisse García Muñoz Ledo ya no le disimula y actúa abiertamente como la próxima candidata no solo del PAN, sino también de posibles aliados desde otras vertientes, algunas no muy afortunadas.

Ya más suelta de la férula de su padrino Diego Sinhue Rodríguez y de la sombra protectora del poderoso visir Juan Carlos Alcántara, la funcionaria, que solo surfea sobre la verdadera problemática social del estado, dedicada como está a una intensa campaña de promoción personalísima, realizó esta semana un nombramiento significativo y tuvo tiempo para retratarse con el priismo más añoso y desprestigiado de la capital del estado, en detrimento de la dirigencia formal de ese partido que tampoco es de presumir.

Apenas cuatro meses después de haber sido designada secretaria ejecutiva del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en el estado, Rosario Corona Amador, ex secretaria general del PAN que abandonó ese puesto en fuerte conflicto con el presidente Eduardo López Mares, regresa por la puerta grande a la actividad político electoral como una especie de asistente política de Libia García, no en la Sedeshu, donde no tendrá plaza, sino en el cuarto de guerra de la precampaña que pronto será campaña.

La decisión tiene importantes consecuencias: la primera y muy significativa es mostrar a la aspirante tomando decisiones por su cuenta y ya sin depender del aparato de Charly Alcántara. Aunque la invitación pudo haber sido consensuada, lo cierto es que surge en la esfera de Libia y por lo pronto descabeza a un área que debería ser estratégica en un estado asolado por la violencia contra niñas, niños y adolescentes, algo que no parece importarle mucho a este gobierno.

No menor es la colocación del dirigente formal del PAN, Eduardo López Mares, en una zona de absoluta irrelevancia. Al convertir a Corona Amador en el fusible político de la inminente candidata, automáticamente el papel del descolorido irapuatense se devalúa aún más.

¿Habrá aspirante a un cargo de elección en las próximas contiendas que busque al dirigente para presentarle su propuesta o solicitarle su apoyo? Es de dudar.

Aquí lo dijimos hace varios meses, cuando Rosario Corona fue extraída literalmente del CDE panista para convertirla en titular del Sipinna, donde vegetaba sin pena ni gloria la panista de San Luis de la Paz Sagrario Villegas, que se había convalidado la violencia de género y la misoginia con la que López Mares había tratado a su secretaria general, pero que además la decisión dejaba al PAN debilitado, pues Corona hacía mucha operación política de mayor calidad que la del presidente.

El tiempo nos ha dado la razón. Hoy López Mares no solo ha disminuido su de por sí ineficiente interlocución con las estructuras panistas del estado, sino que ya entró en conflicto también con Ana María Esquivel, el relevo de Rosario Corona, evidenciando que su misoginia es sistémica y que carece de habilidades para coordinar equipos, algo que parece suicida tomando en cuenta la contienda que viene.

La decisión de Libia García para incorporar a la fugaz directora de Sipinna a su cuarto de guerra es toda una declaración de la desconfianza que le merece López Mares, con quien deberá lidiar como una figura decorativa a lo largo de su campaña, si todo sigue de acuerdo a sus cálculos, pues una vez iniciada la elección no será posible realizar cambios de dirigencia en el partido.

Y, no puede obviarse que esta incorporación, anunciada en las redes sociales por la propia Rosario Corona, ofrece la primera muestra no solo de independencia, sino también de separación de la aspirante a candidata con el gobernador que la ha impulsado con denuedo.

Para nadie es un secreto que el único sostén de López Mares es Diego Sinhue, quien al defenderlo acepta sus limitaciones pero valora su lealtad. Lo que no aquilata el mandatario, pero sí parece hacerlo su promovida, es que la incompetencia termina por ser una amenaza a veces más peligrosa que la deslealtad.

Sin embargo, la jugada es sólo de consumo interno, Corona, que conoce bien el PAN, se convertirá en un contrapeso natural al actual dirigente, pero no puede presumir de dominar la política a campo abierto, como lo apunta el otro evento de esta misma semana.

Nos referimos a la reunión con un grupo de priistas veteranos, una sólida muestra de los peores vicios de ese partido: los sectarios de la capital del estado. Destacan Eduardo Knapp, Luis Felipe Luna, Luis Gutiérrez Márquez y Francisco Arroyo Vieyra quien tuvo el tino de no aparecer, pero que estaba suficientemente bien representado por varios de los asistentes.

Libia presumió en redes sociales una foto que muy poco le ayuda a posicionar la idea de un PAN abierto al cambio, pues sus anfitriones son exactamente la evidencia de lo contrario: el patrimonialismo, los beneficios personales en los cargos públicos, los pactos de complicidad, la simulación, el enriquecimiento inexplicable y todas las lacras que han colocado al PRI al borde de la desaparición en Guanajuato.

Por si fuera poco, en ese afán ecuménico la panista también puede provocar cortocircuitos. Quizá Alejandro Arias y Ruth Tiscareño tengan una presencia apenas anecdótica en el estado, pero detrás de ellos está Alejandro Moreno, un político pragmático de modos rudos y pactado sólidamente con Marko Cortés,  con quien sus comensales de esta semana no tienen la mejor relación y que no les permitirá disputarle espacios.

Ya en una precampaña abierta con visos de campaña, la aspirante panista a la que muy probablemente le tocará enfrentar la contienda más complicada del PAN en sus tres décadas de hegemonía, no puede darse el lujo de la ligereza y de las ocurrencias. A partir de ahora, todo cuenta.

2.-  Claudia Susana Gómez, una rectora en territorio minado

Este próximo miércoles ocurre el cambio de mando en la rectoría general de la Universidad de Guanajuato. Al momento de escribir estas líneas la oficina del rector seguía tomada y todo indicaba que continuaría hasta el día de la entrega – recepción.

Mientras tanto, Claudia Susana Gómez, la nueva rectora electa se ha dado a la tarea de entablar algunas negociaciones para amainar la crisis que le hereda Luis Felipe Guerrero Agripino, como el acuerdo logrado con los paristas del Departamento de Diseño en la sede Los Santos la semana pasada. 

Tiene pendiente hacer lo propio en Valenciana en la División de Ciencias Sociales y Humanidades y restará lo que se antoja más complicado: negociar con los ocupantes del segundo piso del Edificio Central, si es que quiere ocupar su nueva oficina a partir del próximo jueves y empezar a trabajar en sus múltiples retos.

La nueva rectora tendrá que sentarse pronto con los cuatro rectores de campus, tres de los cuales fueron sus oponentes, condenaron explícitamente la desigual contienda y el apoyo que recibió del rector saliente y permanecen unidos para la etapa que viene, como lo mostró la reunión que sostuvieron en un céntrico café de la ciudad de Guanajuato este viernes.

Con más historia universitaria, con aliados dentro y fuera de la casa de estudios, al frente de los mayores campus, los doctores Teresita Rendón, Armando Gallegos y Carlos Hidalgo, serán un contrapeso permanente de la rectora general quien solo cuenta como incondicional  a la encargada del Campus Celaya, la doctora Graciela Ruiz, por cierto implicada en el allanamiento al periódico Correo.

Pero no es lo único. Los agripinistas más furibundos, quienes seguramente esperan ser ratificados en sus cargos como recompensa por haber operado a favor de la hoy rectora y por su militancia en contra de sus oponentes, están convertidos en verdaderos chivos en cristalería, que no parecen entender el delicado momento de la transición que se vive y la fragilidad de la posición que asume la nueva rectora, además impugnada por la vía legal.

Es el caso de Osvaldo Chávez, el doctor expréss que aspiraba a una plaza de excelencia en los últimos días del agripinato y que logró soliviantar a la comunidad académica de Arquitectura, Diseño y Arte con el burdo intento de imposición.

Se aprecia muy complicado que Claudia Susana Gómez opere el relevo de este funcionario, titular de la Extensión Cultural de la UG, sobre todo a causa del inicio inminente del Festival Internacional Cervantino en su edición 51. Sin embargo, el estilo ríspido y prepotente de Chávez puede propiciar más de un desaguisado con las instancias estatales y federales del área cultural, colgando una mala impresión de la nueva funcionaria justo a su llegada. Como si faltara.

El terreno que empezará a pisar la primera rectora general de la Universidad está sembrado de acechanzas, lo más delicado es que casi todas ellas son la herencia envenenada de quien la condujo hasta ahí, más las que se acumulen si no toma determinaciones y manda señales inmediatas.

La posibilidad de ampliar su margen de maniobra vendría de la mano de marcar distancias serias y creíbles con Luis Felipe Guerrero Agripino. En la medida en que no lo haga, persistirá la idea de que llega como una solución de continuismo, lo que será dinamita pura para cualquier proyecto que pretenda iniciar.

Pronto lo sabremos.