
- La seguridad, el piso del que parte todo
- Alejandra Gutiérrez necesita abrir la cancha
- Mala señal de Karla Alcaraz, nueva ombudsperson
1.- No habrá gobierno sólido sin seguridad
La propaganda del primer informe de gobierno ya viste a Guanajuato. Aún no cumple seis meses la administración de Libia Dennise García Muñoz Ledo, apenas terminó su posicionamiento de los cien primeros días, y se nos viene encima otra ola de propaganda política.
Sin embargo, los tiempos de la liturgia institucional nada tienen que ver con los de la realidad. Apenas se está completando el cuadro de los responsables de reencauzar a Guanajuato en algo que se ha llamado el “Nuevo Comienzo”, pero que sigue sonando más a oportunismo publicitario que a propuesta planificada.
La abrumadora mercadotecnia, incluso un tanto dispersa, del gobierno que arrancó en septiembre pasado con una gran expectativa sobre sus hombros, puede convertirse en un arma de doble filo, si no empiezan a producirse resultados.
El aspecto más importante es el de la seguridad, donde Mauro González, el secretario del ramo, sigue en una gira de meses explicando las bondades de un plan en el que, de verdad, aún nadie “confía”, mientras la cantidad de acontecimientos violentos persisten sin tregua.
El impacto de la inseguridad no se queda solo en el ámbito doméstico, sino que constantemente trasciende más allá de las fronteras del estado y termina por sabotear los esfuerzos que se realizan para posicionar otras políticas públicas.
Esta semana, la hiperactiva secretaria de Turismo Guadalupe Robles acudió a Bogotá a un evento turístico donde aprovechó para firmar un acuerdo de entendimiento con su homólogo de esa capital, aprovechando la euforia que se ha generado con la contratación del astro futbolístico James Rodríguez por el Club León.
La idea no sonaba nada mal, dada la enorme popularidad del jugador en su país de origen. Sin embargo, la noticia fue rápidamente opacada por otra proveniente de la nota roja: el robo a mano armada de un vehículo de lujo a otro integrante del equipo leonés, el volante uruguayo Nicolás Fonseca, cuando se dirigía a sus entrenamientos, en una concurrida carretera que conecta a la ciudad con el vecino estado de Jalisco.
El hecho motivó publicaciones, ya desmentidas, que tuvieron eco en espacios deportivos de medios nacionales e internacionales, sobre la posible salida del internacional colombiano del club guanajuatense, por razones atribuidas a la inseguridad.
Días atrás, el jueves 13 de febrero, un auto de alquiler que transportaba a dos norteamericanos desde el Aeropuerto del Bajío a San Miguel de Allende fue atacado a balazos a la altura de la comunidad La Esperanza, a pocos kilómetros de llegar a su destino. El chofer resultó asesinado y uno de los pasajeros fue herido, lo que prendió las alarmas del sector turístico local y estatal.
Aunque el tema fue contenido en los medios, lo cierto es que la industria de la hospitalidad tiene sobradas razones para seguir preocupada, tomando en cuenta que no se han esclarecido casos como el del homicidio de Ricardo Vega Cámara, el empresario vitivinícola pionero de esa industria, quien fue atacado en otra carretera de Guanajuato a mediados de diciembre.
Queda claro que la gran apuesta para que avancen los programas de atracción de inversiones, de promoción turística y hasta de sano esparcimiento para los propios habitantes del estado, hoy pasan más que nunca por el avance definitivo en el proyecto de recuperación de la paz, con el que Libia García llegó al poder.
No debe olvidarse que la decisión de botar definitivamente a funcionarios como Carlos Zamarripa y Alvar Cabeza de Vaca, a quienes la tranquilidad de Guanajuato se les rompió entre las manos mientras consolidaron un poder político que solo fue en su beneficio, fue la base del triunfo electoral de la candidata panista.
Que hoy, el nuevo fiscal Gerardo Vázquez Alatriste, se retrate ufano rodeado de la plana mayor de su antecesor, mientras anuncia tibios cambios y reconoce tímidamente el desastre que encontró, es un mensaje en absoluto sentido contrario del que mandó Libia con su mantra del Nuevo Comienzo.
Se sabe ya que Carlos Zamarripa ha montado un despacho que opera con prestanombres, pues la ley le impide litigar en el terreno penal. Así se lo ha presumido a los amigos que le sobran en la política de Guanajuato y a quienes les sigue ofreciendo su influencia en la nueva fiscalía.
Que esa situación perdure, que sus allegados le den cabida a sus alegatos de oído y que continúe siendo un factor de poder en el estado, será una situación que operará, no contra la credibilidad del nuevo fiscal que aún no la tiene, sino contra el proyecto entero de renovación de la gobernadora.
En temas de seguridad, tanto Mauro González como Vázquez Alatriste necesitan dejar atrás sus obsesiones publicitarias y meterse de lleno en las responsabilidades para las cuales se les contrató.
Menos protagonismo escénico y más concentración y trabajo es lo que demanda una sociedad harta y poco dispuesta a tolerar insultos a su inteligencia.
2.- Alejandra Gutiérrez achica sus alianzas
La alcaldesa de León había venido trabajando sin mayores ruidos desde su reelección. La curva de aprendizaje parecía superada tiempo atrás y la reorganización de su equipo venía dando resultados.
En los primeros meses de su nuevo mandato sorteó el delicado expediente del incremento al transporte sin mayor desgaste. El cambio de sus ediles tampoco ha reportado mayores incidentes… hasta hace unos días.
La decisión para colocar en la dirección del parque Metropolitano de León a la comunicóloga Luz Margarita Alba Contreras, esposa del regidor panista Hildeberto Moreno Faba, quien formó parte del consejo directivo hasta hace un mes, ya despertó críticas en el propio cabildo y seguramente motivará una mayor observación de grupos de ciudadanos usuarios de esas instalaciones.
Aunque las baterías panistas en el ayuntamiento se emplearon a fondo, al grado incluso de acusar “violencia política de género” por las referencias a la nueva funcionaria como cónyuge de un regidor, lo cierto es que el tema del nepotismo se encuentra plenamente vigente en la agenda política local y nacional.
La alcaldesa de León ya había tenido otra “pareja de poder” en su entorno: la de Jared González Márquez y Daniel Campos Lango, ex regidora y ex secretario de atención ciudadana el pasado trienio. Las cosas no acabaron bien en esa relación política y hoy ambos orbitan en proyectos distintos a los de Alejandra Gutiérrez.
Más allá del debate sobre nepotismo, que legalmente no se configura, o de violencia de género, que suena exagerado, lo cierto es que la decisión exhibe limitaciones para una protagonista de la vida política del estado que mantiene su futuro abierto.
Si busca mantener su vigencia política más allá del 2027 y poder aspirar de nueva cuenta a la candidatura estatal del PAN en 2030, la alcaldesa necesita más y mejores aliados y no sólo los provenientes de un círculo de incondicionales.
La táctica es abrir la cancha y no cerrarse a las mismas escasas opciones que poco han crecido.
3.- Karla Alcaraz y los medios
Luego de concluir su investidura como la primera mujer procuradora de los derechos humanos en Guanajuato, después de 32 años de existencia de esa instancia, la abogada Karla Gabriela Alcaraz Ortega salió con prisa del recinto legislativo, por el elevador reservado del Congreso, ignorando las peticiones de los medios de comunicación para dar a conocer sus impresiones iniciales.
Parecería un tema anecdótico, pero no lo es en absoluto. Veremos por qué.
Dado el limitado papel de autoridad moral de la Procuraduría, en vista de que sus recomendaciones no tienen carácter vinculatorio y de que su mayor incidencia es por su carácter público, los medios de comunicación han terminado por ser los mayores aliados de la también llamada defensoría del pueblo.
Pero además, entre los derechos que toca tutelar a la nueva funcionaria se encuentran precisamente los relativos al acceso a la información y la libertad de expresión.
Esa situación se ha visto vulnerada en el pasado reciente, sobre todo durante el periodo de Vicente Esqueda y su sucesor Eliseo Hernández, quienes disminuyeron al mínimo las recomendaciones y les bajaron el nivel, evitando en muchos casos dirigirlas a los titulares de las dependencias investigadas para dejarlas en los operadores.
Durante este tiempo, la PRODHEG no fue incisiva en dar la máxima publicidad a su trabajo, sobre todo porque habría sido una manera de poner en evidencia la táctica de disminuir la responsabilidad de los imputados de violaciones a los derechos humanos en los organismos gubernamentales.
Trabajar de cerca con los medios de comunicación y establecer una relación de respeto y mutuo provecho, sirvió a anteriores procuradores para fortalecer a la dependencia y hacerle un lugar en la historia pública de Guanajuato, más allá de ser solo una fuente de escándalos y de complicidades partidistas, como sí pasó en los años recientes.
La primera ombudsperson mujer de la historia de Guanajuato conoció todas esas etapas, pues le tocó servir al menos junto a tres distintos procuradores, lo que sin duda le permitió apreciar el impacto que tuvieron las diferentes conductas de los titulares.
Sería una pena no aprovechar la experiencia acumulada en esos años, en los que se puede entender que ella no tuviera mucho qué decir al ser solo una subordinada en una estructura piramidal muy patriarcal, para romper el molde y renovar las visiones sobre la defensa de los derechos humanos.
Mejor que nadie, Alcaraz Olvera debería saber lo que puede hacer no solo para marcar una diferencia con el partidismo exacerbado de sus dos jefes recientes, sino para construir una nueva historia en la defensa de los derechos humanos de Guanajuato que sea verdaderamente trascendente.
Las expectativas son altas.
