Los tiempos que vivimos presentan dificultades inéditas y eso debería ser motivo suficiente para que algunas prácticas políticas tradicionales se modificaran y se intentaran cosas diferentes.

No parece ser así, los políticos son animales de costumbres y hoy los vemos ir a las campañas, si acaso con cubrebocas, pero haciendo exactamente lo mismo que han hecho siempre.

En el municipio de Irapuato, donde la hegemonía panista ha sido puesta en jaque en un par de elecciones del pasado, sin que los candidatos opositores pudiesen lograr el plus necesario para la alternancia, de nueva cuenta las cosas lucen complicadas para la candidata oficial, la diputada con licencia Lorena Alfaro.

Con carrera larga en el PAN, bajo la protección de Luis Alberto Villarreal, Alfaro logró sortear un escándalo de malversación de fondos en la administración de Mario Turrent Antón, cuando como tesorera pagó anticipos a una empresa que nunca concretó un nuevo relleno sanitario.

Ahora, la obligación legal de candidaturas paritarias ha forzado al PAN a dejar atrás su tradicional marginación a las mujeres en ese partido y a proponer candidatas más allá de los municipios pequeños, complicados y perdidos.

Irapuato es un lugar donde el PAN no puede confiarse, dado el historial electoral y la acentuada indignación por la creciente inseguridad.

Quizá por ello, la candidata favorecida por parte del PAN y del gobernador Diego Sinhue Rodríguez para competir por la alcaldía, ha decidido acudir a la ayuda profesional de un «estratega electoral», probablemente desconfiando de la capacidad de organización del comité municipal del PAN, del compromiso de la militancia y del respaldo moral y político desde el municipio que comanda Ricardo Ortiz.

La decisión suena lógica, pero no tanto el personaje elegido. El zacatecano Víctor Carlos Armas Zagoya, político, restaurantero y ahora periodista, ha pasado por lo menos por cuatro partidos políticos: PRD, PT, PVEM y PRI, en todos ha dejado una pésima impresión y malos resultados.

Como operador político del perredista Antonio Mejía Haro, Armas perdió la elección de gobernador en 2010 frente al priista Miguel Alonso, en la que fue calificada como una debacle con la cual concluyeron 12 años de hegemonía de la izquierda en Zacatecas.

Sobrevivió en la política de su estado al ser protegido por el dirigente del PVEM, su paisano Carlos Puente Salas. La hazaña que consumó allí fue la de generar un clima interno que concluyó en la renuncia de 18 dirigentes municipales de ese partido para afiliarse al PRD en las campañas de 2016, lo que casi desparece al partido en la entidad.

La situación volvió a ser superada por Víctor Armas quien logró colarse al equipo del nuevo gobernador, el priista Alejandro Tello Cristerna, como secretario de agua y medio ambiente.

No duró mucho en el cargo. En febrero de 2018 presentó su renuncia para buscar una diputación local que primero fue por el Verde y después por el PRI, lo que tampoco le valió pues fue derrotado en la elección por la ola morenista.

Sin embargo, sobrevivió de nueva cuenta, ahora editando un medio de comunicación que tiene pleno apoyo financiero del gobernador Tello: Ecodiario.

Lo único que no se entiende es qué vio Lorena Alfaro en Víctor Armas para considerarlo como el estratega que le hacía falta a su campaña. Dos veces derrotado en elecciones, con un historial de conflicto y además sujeto a procesos de investigación por la secretaría de la Función Pública de su estado por irregularidades cometidas durante su gestión como secretario de Agua y Medio Ambiente, según reportó la prensa zacatecana en este mes de enero.

En serio ¿había que ir a buscar un estratega con tan mal historial hasta Zacatecas? ¿De quién es la idea y cuánto le va a costar a los apoyadores de la candidata?