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Días de guardar Domingo 20 de octubre de 2019

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on octubre 20, 2019 at 8:07 pm

* El repliegue de AMLO frente al narco pone al país en la encrucijada

*Investiga Diego a corruptos de Márquez con pies de plomo

* La crisis del PAN: entre Márquez y Charlie Alcántara

Ilustraciones: @PincheEinnar

1.- Andrés Manuel López Obrador se topa con la realidad

Esta semana el presidente de la República pudo darse cuenta, si no lo superan sus prejuicios, que el verdadero reto de su administración no lo constituyen “los conservadores” “los fifís” ni “la mafia del poder”.

La negligencia con la que se manejó el país durante los últimos 18 años en materia de seguridad ha consolidado a los cárteles delincuenciales como el mayor reto ya no solo del estado de derecho, sino incluso de la viabilidad de la República.

Ya sabíamos que zonas enteras del país constituyen verdaderos hoyos negros para la gobernabilidad y la aplicación de la justicia. Sin embargo, el poderío del narco pocas veces se había exhibido con la contundencia que lo hizo este jueves 17 de octubre en Culiacán.

Quizá la asonada de 2015 en Jalisco, cuando las fuerzas del Cartel Jalisco Nueva Generación derribaron un helicóptero del ejército, es lo más parecido a lo que vimos ayer. El resto del tiempo quizá esa fuerza no se aprecia porque sencillamente el ejército y las policías de las entidades y de la federación sencillamente deciden eludir los enfrentamientos.

El problema de México hoy es una narco delincuencia con capacidad para rebasar al estado o retarlo seriamente, más allá de quien, persona o partido, gobierne.

Los críticos de AMLO pueden lanzarse a fondo contra los errores cometidos en este lance y mellarle por fin la popularidad de la que ha gozado desde hace un año, pese a un gobierno confrontador y poco eficiente. Sin embargo, el problema de una delincuencia apoderada de regiones completas del país y con sus ciudadanos como rehenes, subsistirá.

Medidas como la persecución, detención y extradición de un poderoso capo como Joaquín Guzmán Loera, acaba de mostrar que no sirve de mucho y que deja intacto el negocio y el poderío criminal de los cárteles.

La situación obliga a un gran acuerdo nacional donde todos importan, el gobierno, los partidos legalmente establecidos, quienes busca su registro, las organizaciones de la sociedad y los ciudadanos, esos que son los primeros expuestos en cualquier confrontación.

López Obrador tendría que corregir muchas cosas, pero una de las más relevantes es su decisión de confrontar a todos los que se le oponen, retándolos de manera verbal cotidianamente. Más política constructora de acuerdos y menos debate ficticio o ocioso.

Se vale debatir sobre las diferencias sustanciales, pero no sobre cualquier nimiedad u ocurrencia.

Sin una capacidad de construir acuerdos más allá de la lógica populista y del redentorismo, no habrá cuarta transformación y probablemente no habrá un gran futuro para el país. Pero tampoco avanzaremos mucho con una oposición golpista que hoy solo se basa en la descalificación, que hace más memes que propuestas y que no parece reponerse de la derrota del año pasado.

Nadie ha atinado, salvo los delincuentes, si tomamos en cuenta que son los únicos que logran sus objetivos en un país que parece deslizarse por el tobogán en medio de la general autocomplacencia.

2.- Enrique Avilés se pertrecha para combatir a Juan Aguilera

El gobierno del estado mantiene abierta una línea de investigación, derivada de las auditorías del órgano fiscalizador, sobre la gestión del coordinador de comunicación social de Miguel Márquez Márquez en su tramo final.

Enrique Avilés Pérez, quien sigue cerca de su ex jefe y ha recuperado contacto con quien lo trajo a Guanajuato, el ex secretario de turismo Fernando Olivera, sabe que las indagatorias por empresas fantasma no llegarán muy lejos, pues también su antecesor Juan Aguilera Cid, firmó contratos con ellas, aunque por montos menores a los suyos.

Sin embargo, el mayor blindaje de Avilés está constituido por la fugaz vocera de Diego Sinhue (es un decir), Angélica Aguilar, quien fue su responsable del área administrativa y quien firmaba los contratos de publicidad en su tiempo. El pícaro ex funcionario sabe que antes de fincarle cualquier responsabilidad, tendrían que hacerlo con su cofirmante, algo que se ve difícil pues Aguilar es gente de confianza del director de TV 4 y gurú del área de comunicación del actual gobierno.

Al gobierno de Sinhue y a su casi inútil fiscalía anticorrupción le sería de vital importancia construir un caso contra un funcionario de cierto relieve y en esa línea solo hay dos candidatos: Olivera y Avilés. Sin embargo, en el camino se atraviesa Miguel Márquez con su aún considerable influencia y los daños colaterales que podrían surgir.

Interrogados los actuales responsables de la comunicación social del gobierno sobre la existencia de esas líneas de investigación, quedaron de “revisar” para informar lo que pudiera informarse. Sin embargo, a la hora de redactar esta columna lo único que había era silencio.

Lo que se interpreta es que la decisión de limpiar el oscuro periodo de Avilés al frente del área de comunicación, donde se dio por primera vez la contratación de troles y bots de forma opaca, además de las empresas fantasma para terciar publicidad y el más grande despilfarro presupuestal en la historia del gobierno estatal, constituye una decisión política que será calculada en función de no exhibir al gobierno marquista.

Se ve difícil que prospere, además de que Juan Aguilera también sabe que el embate podría revertírsele en lo personal.

Una pena, en el estado que se presume como el “menos corrupto de México”, los presuntos corruptos quedarán impunes y la fiscalía de marras seguirá como una entidad sin quehacer. Quizá la calificación del menos corrupto se debe a que es el que menos indaga. Así cualquiera.

3.- La ruptura de Diego con Márquez llegaría por la vía del PAN

Juan Carlos Alcántara, el poderoso jefe de gabinete de Diego Sinhue Rodríguez, por el que pasan todos los temas de la función gubernamental, a grado tal que numerosos secretarios y alcaldes hace tiempo que no acuerdan con el gobernador y solo llegan a las oficinas de Paseo de la Presa, también está imponiendo su ley en el PAN, donde un pálido y atribulado Román Cifuentes no osa hacerle frente.

Y es que Román llegó a la presidencia del PAN en un acuerdo de Miguel Márquez y Diego Sinhue que tendía más a ubicar un perfil bajo que no complicara esa relación.

Sin embargo, Cifuentes no tiene el empaque para defender los intereses de Márquez en la cotidianidad del partido, frente a los desplantes de Alcántara que, desde sus épocas como el estratega de Ricardo Torres Origel, gusta de ir al choque y de copar espacios.

Ya se apoderó del Consejo Político Estatal colocando a Aldo Márquez en la primera posición y proyectándolo como un posible precandidato a la alcaldía de León o por lo menos a una diputación local y de ahí a la coordinación del Congreso.

Y aunque los hermanos Aldo y Alan Márquez son sobrinos del ex gobernador, no son precisamente de los más cercanos a sus afectos, contra lo que pudiera pensarse.

Charlie Alcántara está preparando el terreno para apoderarse de buena parte de las candidaturas a alcaldías y diputaciones el año próximo y ha sido muy crítico con quienes creen que pueden continuar sus carreras políticas asistiendo a las comilonas que Miguel Márquez realiza por todo el estado por lo menos un par de veces al mes.

Así, la ruptura que no se ha podido dar en el Poder Ejecutivo, por la presencia aún prominente de personajes como Juana de la Cruz Martínez y Juan Aguilera Cid, podría empezar a consolidarse desde el partido por las estrategias que el jefe de gabinete impone sobre la débil voluntad del dirigente estatal.

Alcántara sabe que Diego Sinhue no podrá alcanzar un pleno dominio de la política panista de Guanajuato mientras Miguel Márquez continúe con el activismo y la nostalgia de poder que exhibió durante el último año y que le lleva a cuanta reunión puede asistir para seguir cosechando aplausos en detrimento de su delfín.

Así que, aparentando ir en contra de los sentimientos de su jefe, el jefe de gabinete camina directo al ajuste de cuentas que le podría dar a Sinhue margen de maniobra para confirmar su equipo a partir del año próximo y marcar un deslinde de la pesada sombra que lo asfixia.

Es eso o hundirse en la intrascendencia.

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