En las pasadas campañas electorales los cinco candidatos a la gubernatura firmaron once compromisos propuestos por los sindicatos patronales del estado de Guanajuato, dirigidos todos a mejorar las prácticas gubernamentales que han propiciado la corrupción.

Este 25 de octubre, a un mes de que hubiera tomado posesión Diego Sinhue Rodriguez Vallejo, la Coparmex León le recordó, comedidamente, la necesidad de instrumentar dichos compromisos, que de otra manera quedarían como la típica demagogia de las campañas.

Firmar y ¿cumplir? Foto: Especial.

Hay que recordar que así pasó con exgobernador es como Miguel Márquez, cuyos compromisos con la transparencia naufragaron en los primeros días de su mandato con la cara contratación del programa Escudo, ese elefante blanco tecnológico que le costó a Guanajuato 3 mil millones de pesos y no le sirvió de nada.

Así está pasando también con la desafortunada frase de «el golpe de timón», que ha marcado el inicio del gobierno De Diego Sinhue Rodríguez como una clara muestra de simulación y doble discurso.

Pero allí no quedan las cosas. Uno de los compromisos que firmó Diego a solicitud de los organismos empresariales fue el de clarificar y blindar las compras y contrataciones gubernamentales mediante una nueva ley de adquisiciones y obras públicas.

Eso no tiene para cuando, pero por lo pronto el nuevo gobernador ya decidió una apresurada compra de medicamentos para abastecer el Seguro Popular por la mitad de su mandato, lo que llevará a una contratación de por lo menos seis mil millones de pesos, ocupando los presupuestos aún no aprobados de 2019, 2020 y 2021, en una absoluta extralimitación de sus facultades legales y en una maniobra cuya necesidad no se ha explicado hasta ahora.

Cabe recordar que allí se encuentra uno de los puntos más objetados desde la sociedad y por algunos partidos de oposición, en el desempeño de Miguel Márquez. Antes, con Juan Manuel Oliva, el tema también estalló en un escándalo que provocó la caída del Secretario de Salud, aunque solo para dar paso a la administración del tema por el ISSEG para detonar nuevos escándalos.

Al respecto, la diputada Alejandra Gutiérrez, presidenta de la Comisión de Hacienda del Congreso, ya salió a defender la medida aduciendo las bondades de las «compras consolidadas». habría que preguntarle a la legisladora cuyo trabajo es fiscalizar el gasto y no justificar oficiosamente las decisiones del titular del poder al que a ella le corresponde vigilar, porque el estado no se sumó a la compra consolidada de medicamentos que encabeza el IMSS a nivel nacional y que ya incluye a 22 estados del país.

Habría que decirle a la diputada, representante de una nueva generación de panistas, que la burra no era arisca, sino que la hicieron los palos. Ante el historial de corrupción y de sospechas en el tema de medicamentos, una compra anticipada de ¡tres años! lo que menos necesita son defensores oficiosos en el legislativo, cuando lo que le hace falta es escrutinio, transparencia, reglas claras y mejores prácticas.

Otra medida que pondría sobre la mesa la buena voluntad del Ejecutivo para atender el compromiso que firmó y que no requiere más que de una sencilla instrucción, sería la presentación de las declaraciones 3 de 3 de los integrantes de su gabinete, lo que no ha ocurrido a un mes de la toma de posesión. El asunto es relevante ante la gran cantidad de ratificaciones provenientes del anterior gobierno y la llegada de políticos desconocidos en la entidad.

Otro de los puntos centrales del listado de Coparemex es el de «asegurar fiscalías generales independientes y autónomas», algo que está por verse pero que no parece ir en esa dirección por las decisiones tomadas hasta ahora, sobre todo la de sostener a Carlos Zamarripa y defender una actuación que para la mayoría de los guanajuatenses es sinónimo de desastre.

Sin embargo, más allá de la voluntad de cumplimiento de Diego Sinhue Rodríguez, llama la atención la poca difusión que el posicionamiento de Coparmex tuvo en los medios de comunicación.

Resulta contrastante y muy revelador que mientras el anuncio de los compromisos firmados en la campaña recibió un gran despliegue, no pase lo mismo con el exhorto para que se atienda lo comprometido.

La situación nos habla o bien del control que ya se ejerce desde el gobierno sobre la agenda de los medios o bien de la grave desatención de estos a temas torales de nuestra vida pública.

Los compromisos deben honrarse si queremos construir una democracia que tenga sentido y que supere la vieja cultura de simulación a la que nos acostumbró el PRI y a la que tan rápidamente se adaptó el PAN.

Sin embargo, entre los pocos instrumentos con los que se cuenta para reclamarle a una autoridad que cumpla sus promesas y sea congruente con sus planteamientos ante el electorado, están los medios de comunicación, siempre y cuando mantengan criterios de independencia y asuman el papel de contrapoder que debe significar la opinión pública en una democracia.

Por lo demás, no resta sino reconocerle a los directivos de Coparmex su atención al seguimiento del tema y su contribución a la construcción de ciudadanía.

Hoy, más allá de que los medios le insistan o no, la pelota está en la cancha del gobernador Rodríguez Vallejo quien no puede huir del tema simplemente eludiendo el contacto con una prensa que de todos modos parece bastante complaciente con la imposición de su nuevo estilo.