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Desaparezcan el Día Internacional de la Mujer

In Botepronto, Sin categoría on marzo 8, 2016 at 3:31 am

Conmemorar un concepto en un día específico puede exaltarlo, pero también hacer que se olvide el resto del tiempo; ¿de verdad hay algo que celebrar en materia de igualdad de género? 

Las fechas emblemáticas tienden a ser contraproducentes.

Por ejemplo, ¿qué tiene de bueno amar el 14 de febrero y ser indiferente la mayor parte del año?

O postear al por mayor fotos familiares el 6 de marzo y estar ausente casi todas las semanas.

Peor, aún: comprar un cacharro el 10 de mayo y obligar a la madre a cocinar en él todos los demás días.

Hoy es día de la mujer y en Guanajuato, entidad donde la lucha por la equidad de género ha avanzado notablemente en el ánimo de la opinión pública y ha arrinconado a unas autoridades primero resistentes, después omisas, más tarde indiferentes y hoy proactivas por necesidad política, el escenario se ha llenado de presidiums, pantallas con imágenes sobrecargadas y firmas de acuerdos que persiguen dejar la idea de que se hace mucho en torno al tema, aunque las cifras digan lo contrario.

Hace apenas unas semanas nos sorprendimos de escuchar que una institución benemérita y prestigiada como la Universidad de Guanajuato carecía de protocolos y, por lo tanto, de políticas para atender la violencia de género en su modalidad de acoso sexual, no obstante la creciente cantidad de mujeres que se forman en sus aulas.

Bueno, que nadie se alarme. Este día, 8 de marzo de 2016, la falla será subsanada mediante un concurrido acto protocolario donde se darán a conocer los nuevos y flamantes protocolos, preparados en un mes de trabajo seguramente intenso, para celebrar con oportunidad el Día de la Mujer.

La bandera de la igualdad será agitada y se habrá cerrado un capítulo que implicó una omisión de años. Que se apliquen los protocolos, esa será otra historia.

Como ocurre en el caso del gobierno del estado, cuando en la apuración para evadir una posible declaratoria de alerta de género, se acataron una serie de recomendaciones de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.

Entre ellas, se encontraba la de mantener actualizado un banco de datos e información sobre casos de violencia contra las mujeres, el cual fue presentado a mediados de 2015 con cifras a esa fecha que hoy, ocho meses después, permanece sin alimentar.

O con el Congreso de Guanajuato, donde el compromiso de hacer un pronunciamiento de cero tolerancia a la violencia en contra de la mujer debió esperar también cerca de ocho meses y el cambio de Legislatura. Hoy, no obstante la tardanza, se festina como muestra de gran compromiso.

Con el incremento de la presión desde la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos, se ha logrado que los actos celebratorios de la mujer, de la equidad y contra la violencia, sean más fastuosos, aunque hasta ahora no más efectivos.

Si el tamaño de los presidiums y la selectividad de las audiencias indicara un mayor compromiso, este 2016 ya no tendríamos mucho de que preocuparnos.

Lamentablemente, parece que las cosas van en sentido contrario: hubo 85 muertes de mujeres en situación de violencia en 2015, una cifra superior en más de 30 por ciento al de los años anteriores. De ellas, el estado, a través de su Procuraduría de Justicia, reconoce solo 31 feminicidios y se jacta de haber detenido a todos los responsables.

Para las organizaciones civiles no deberían morir más mujeres y un buen indicador sería que esa cifra disminuyera. Para la autoridad el tema sirve para el lucimiento y para generar imagen de eficiencia. En un caso, es trascendental, en otro, simplemente coyuntural.

La cuestión de fondo es si verdaderamente pretendemos una evolución como sociedad y una superación de atavismos seculares que ni la educación en su forma actual ni el progreso material han traído consigo.

En ese caso, no podemos limitarnos a los simbolismos de las fechas celebratorias ni conformarnos con la vocación de espectáculo de nuestros políticos que, para colmo, dilapidan en ellos dineros que podrían estar mejor aplicados.

Desde luego, para seguir avanzando en el terreno de la igualdad de genero, como en otros, no hace falta esperar a que los políticos, ese segmento tan desprestigiado de nuestra sociedad, pongan la muestra.

Así ha pasado con la equidad: la magnitud de sus festejos de hoy solo evidencia sus omisiones del pasado, pero ha sido gracias al activismo que por lo menos ya no les pasa desapercibido. Así que, a insistir en el tema.

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