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Lecciones de las elecciones: el PAN

In Botepronto, sinembargo.mx on junio 10, 2015 at 8:51 am

No fue el PAN y su dirigencia, sino el gobernador, quien sacó adelante la elección, con la colaboración de un PRI desarticulado y pasmado.

Acción Nacional obtuvo un triunfo electoral que quiere lavar la afrenta del año 2012, cuando la conjunción de una elección presidencial que hundió a su candidata y el desprestigio de la saliente administración estatal, les arrebataron León y el control del Congreso.

Alrededor de 26 municipios, sobresaliendo los de mayor importancia económica y poblacional, y posiblemente 20 diputados, le regresan al PAN la hegemonía de que careció la primera parte del mandato de Miguel Márquez. Tienen ocho distritos electorales federales y en dos más se irán a recuento de votos.

Es una victoria en toda la línea, que no pueden presumir muchos gobernadores. ya no se diga aquellos donde el poder cambia de manos, como Nuevo León, Sonora o Querétaro; ni siquiera otros donde no se elegía gobernador como Jalisco, donde emergió Movimiento Ciudadano de la mano de Enrique Alfaro. O Puebla, donde el abierto precandidato presidencial que es Rafael Moreno Valle, vio sucumbir a algunos de sus hombres de confianza en diputaciones federales.

Y como la victoria tiene muchos padres, ya se oyen las voces que pretenden arrogarse el triunfo del domingo pasado como una victoria de estrategias de comunicación y de mercadeo político de la dirigencia estatal que encabeza Gerardo Trujillo, cuando en realidad los candidatos panistas de Guanajuato triunfaron cada uno por su esfuerzo individual y por el respaldo que se les ofreció desde el gobierno estatal.

¿Quién autorizó, por ejemplo, el regreso de Juan Manuel Oliva a la operación política? No fue otro que el propio Miguel Márquez. Difícilmente se puede ver a Gerardo Trujillo desafiando el gobernador para contratar a su antecesor como jefe encubierto de la campaña.

Por otra parte, el éxito de Oliva y compañía no fue solo atribuible a sus méritos, sino también a la enorme ineficacia de la dirigencia estatal del PRI que nunca logró articular a sus candidatos ni a sus patrocinadores en los diferentes cacicazgos priistas.

El PAN que ganó la elección de 2015 tiene nuevos actores y nuevos equilibrios políticos.

La corriente oficialista está unida en torno a Miguel Márquez, incluyendo la disciplina mostrada por Juan Manuel Oliva hacia quien fuera su subordinado y hoy es su jefe. Allí se incorpora por derecho propio Fernando Torres Graciano, además de un recién llegado cuya opinión empieza a escucharse: Diego Sinhué Rodríguez.

La corriente disidente, que ahora se aglutina en torno a Ricardo Sheffield y Mayra Enríquez, tiene un nuevo componente en Miguel Salim, recién llegado al maderismo con un entusiasmo casi adolescente.

En torno a Héctor López Santillana y los exalcaldes de León, comenzando por Carlos Medina Plascencia, surgirá una tercera vía de forma inevitable. No tienen mucha capacidad de operación política, pero manejan un discurso público que no puede ser ignorado.

En esa tesitura, la permanencia de Gerardo Trujillo al frente del PAN estatal se antoja complicada, sobre todo porque las escasas derrotas panistas le serán atribuidas, como en los casos de Guanajuato y Salvatierra.

En la capital del estado el jefe de la estrategia que naufragó frente a la orquestación de Francisco Arroyo no fue otro que Carlos Chavez, el hombre de confianza de Trujillo, quien manejó con manga ancha los recursos financieros de la dirigencia estatal, contrató proveedores y encuestadores y armó asuntos tan fallidos como la incorporación de la joven Alondra Luna a un evento de campaña de Ruth Lugo con Josefina Vázquez Mota.

En el caso de Salvatierra, la falta de previsión en torno a los coletazos del senador priista Gerardo Sanchez, le arrebataron a Alejandrina Lanuza una ventaja de 10 puntos el día de la elección, cuando la candidata se encontraba totalmente confiada por las encuestas que le había llevado Chávez.

Cada candidato del PAN que ganó tiene claras dos cosas: fue su propio sudor y el de su equipo y el respaldo subrepticio de Márquez lo que les dio el triunfo. En esas historia, Trujillo no tiene nada que contar.

Con este marco, la renovación de la dirigencia estatal, antes de ir a la guerra de las urnas, pasará por el tamiz de un nuevo consejo de administración panista cuyo titular indiscutible es Miguel Márquez, de quien muy pronto se empezará a escuchar más en el escenario nacional, sobre todo de cara a la contienda ya iniciada por la dirigencia nacional, entre Ricardo Anaya y Margarita Zavala. Ya lo veremos.

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