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UG: la navaja de Agripino

In Botepronto on mayo 17, 2012 at 4:10 am

La comisión especial para la elección de candidatos a rector del campus Guanajuato, dominada de manera amplia por académicos y alumnos vinculados a Luis Felipe Guerrero Agripino, rector que concluye su periodo y está peleando la reelección, tomó una determinación drástica: eliminó a uno de los cuatro aspirantes, casualmente al más riesgoso para Agripino, al ex secretario administrativo durante el rectorado de Arturo Lara, Martín Pantoja.

Las causas de la eliminación son preocupantes. De acuerdo al dictaen, dado a conocer por una alumna del campus actuando en calidad de vocera, Pantoja no cubría dos requisitos indispensables, a saber: «un amplio currículum de actividades académicas y el conocimiento de la realidad institucional”.

Debería resultar precupante, por lo menos, que quien manejó los recursos financieros y humanos de la Universidad durante los últimos 8 años, antes, durante y después de la reforma académico – administrativa impulsada por Lara, no conozca «la realidad institucional» de la Universidad.

La alambicada decisión muestra el talante que están tomando las intrigas internas en la Universidad de Guanajuato: Pantoja aparecía como el candidato impulsado por el rector general José Manuel Cabrera Sixtos, de quien fungio como asesor algunos meses después de su salida de la secretaría administrativa.

En ese sentido, se trata de un desplante de Agripino, pues nadie más que él orienta las decisiones de esta primera aduana que es la comisión especial, diseñada por el propio rector de campus que se va a reelegir entre catedráticos y alumnos que le son leales.

Eliminar a Pantoja antes siquiera de presentarlo al Consejo del campus es una forma de decirle al rector general «aquí no te metas». En la aduana del consejo puede ser eliminado algún otro candidato incómodo y llegarían a la Junta Directiva únicamente Guerrero Agripino y su oponente más débil.

El rector de campus que busca reelegirse no quiere correr riesgos. Incluso con el control que ejerce el ex rector Juan Carlos Romero Hicks, aliado de Luis Felipe Guerrero, en la junta directiva en la que logró colar a dos de sus ex colaboradores de Conacyt, Silvia Álvarez y José Antonio de la Peña, se prefirió la depuración de la lista de aspirantes en las primeras etapas del proceso.

Falta ver si los otros colegas del rector guanajuatense siguen su ejemplo, sobre todo Juan Miguel Ramírez en Celaya, quien se somete como discípulo a Agripino.

Queda claro que el experimento de la división departamental de la UG, impulsada por el ex rector Arturo Lara, hoy asesor del candidato panista Miguel Márquez, tiende cada vez más a balcanizar la institución y hacer de los campus repúblicas autónomas; o, incluso, monarquías, pues gracias al boato que acostumbra al titular del campus Guanajuato se le conoce en los pasillos universitarios como Agripino I.

Y lo que falta por ver.

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