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El desmoronamiento

In Botepronto on abril 16, 2012 at 4:54 am

En los últimos meses de su gobierno, que interrumpió por propia decisión, Juan Manuel Oliva colocó al máximo de tensión el clima interno de su gabinete. Las desconfianzas se exacerbaron entre varios titulares de dependencias, en buena medida por las decisiones caóticas y apresuradas o los cambios de humor del jefe del equipo.

Esas tensiones son las que están explotando hoy que Oliva ya no se encuentra, por más que quiso prefigurar la organización del gobierno tras su apresurada partida.

Juan Carlos López Rodríguez no se va por ineficiente, no obstante que lo era en grado sumo. Se va, sobre todo, porque su dependencia fue totalmente inventada para hacerle un lugar tras su relevo en Desarrollo Social por Miguel Márquez.

Como ex secretario, el bajacaliforniano que había venido laborando en el gobierno estatal desde el gobierno de Vicente Fox, en los ramos educativos y de desarrollo social, con una incursión al ámbito federal como delegado de Sedesol en la entidad, se dedicó a hostilizar al hoy candidato por considerar que estaba «arruinando» sus programas.

Convertido en una antesala alterna al gobernador, compitió con Román Cifuentes, no obstante que ambos comulgaban, literalmente, en la cofradía yunquista.

Su dependencia absorbió la coordinación de asesores de Raúl Monjaraz, otro yunque que perdió la chamba aquí, aunque la recuperó en Jalisco con Emilio González. Al quedarse con la redacción de los discursos de Oliva, sus roces con la Coordinación de Comunicación Social de Juana de la Cruz Martínez se convirtieron en asunto cotidiano.

Este viernes, Juan Carlos López cosechó lo que sembró: la nueva Secretaria particular y el nuevo Secretario de Gobierno, Martínez y Cifuentes, hicieron una maniobra de pinza con la complacencia del gobernador sustituto, Héctor López Santillana, para tratar de descongestionar la inflada nómina de la gubernatura al proponer la desaparición del invento olivista de la Coordinación de Políticas Públicas.

La batalla, sin embargo, no ha concluido. El ex funcionario era el encargado del blindaje personal de Oliva, con los resultados ya vistos. Sin embargo, en ese carácter es poseedor de muchos expedientes de irregularidades en diversas dependencias del Estado.

Con ese bagaje no es de dudarse que Juan Carlos logre negociar todavía sus posiciones, para lo que contará seguramente con el apoyo del propio Oliva y del grupo que lo respalda desde la SEG y Desarrollo Social. Incluso, no sería remoto verlo tratando de acercarse al propio Márquez a quien tanto hostilizó.

El Yunque, como se sabe, es una hidra de mil cabezas, algunas de las cuales ya están cerca del propio Enrique Peña Nieto.

Nada para sorprenderse en los tiempos que corren.

@Arnoldo60

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