Ya habíamos dicho, al inicio de las campañas, que las casas encuestadoras que están actuando en Guanajuato juegan a hacer política (Vaya con las encuestas).
Diferencias que van desde los veinte puntos a favor del PAN hasta casi el empate técnico, ponen en evidencia que la principal víctima de esta guerra electoral que vive uno de sus capítulos en la medición de tendencias del voto, es la objetividad.
Ahora ha empezado la temporada dos de la batalla de las encuestas. Por lo pronto ya salió la primera de ellas en el periódico El Heraldo de León y la estación de radio La Poderosa, realizada por Data Opinión Públlica y Mercados, una empresa de la ciudad de México a cargo de Pablo Parás, un académico especializado en estudios de opinión. El encuestador le otorga 19 puntos de ventaja a Miguel Márquez sobre Juan Ignacio Torres Landa, pero además anuncia un tracking diario que se publicará en estos dos medios, como el que realiza a nivel nacional el consorcio de televisión y prensa Milenio.
Desde luego, resulta dificil pensar que estas dos empresas hayan desembolsado el costo de un experimento demoscópico de esa magnitud, lo que llama a sospecha sobre este ejercicio, por lo menos en sus orígenes, y deja en claro que estamos ante una maniobra que muy bien puede ser adjudicada a uno de los cuartos de guerra en esta campaña
De otra parte, es inminente la aparición de tres encuestas más, a cargo de los diarios A.M., Milenio y Correo.
El primero de ellos tiene su propio departamento de investigación a cargo del académico José Luis Palacios Blanco, quien utiliza un método que podemos calificar, por lo menos, de sui generis, al combinar entrevistas cara a cara con otras telefónicas y por Internet. Sus resultados hasta ahora no han sido muy certeros, pero coinciden siempre en potenciar las posibilidades de los adversarios del panismo oficialista, interna y externamente. Su último ejercicio le dio a Márquez seis puntos de ventaja sobre Torres Landa. No sería extraño que su próxima entrega los muestre empatados.
Milenio encarga sus encuestas a la empresa nacional Gabiente de Comunicación Estratégica, que dirigen los priistas Liébano Sáenz y Federico Berrueto. Sus ejercicios en pasadas elecciones han recibido muchas críticas al considerarse que hacen más política que estudios demoscópicos. Su anterior análisis le dio a Torres Landa una desventaja de nueve puntos.
El periódico estatal Correo apaerce por primera vez en esta carrera con una encuesta que ha levantado inquietudes en los cuartos de guerra de PAN y PRI. Se sabe extraoficialmente que un primer ejercicio encargado a la empresa leonesa Inmersa Marketing, de Rodolfo Núñez, habría sido congelado tanto por dudas en sus resultados como por supuestas filtraciones a un equipo de campaña. El estudio fue recontratado con el despacho guanajuatense Mirac, de Heriberto Acosta, y estaría por salir a la luz.
Ante tal proliferación de investigaciones del mercado político en Guanajuato; tan poca transparencia de encuestadores y medios; y tan disímbolos resultados, no queda sino lamentarse por el exagerado manoseo político al que se han prestado todos los involucrados y la muerte de la credibilidad de las encuestas en esta contienda electoral.