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Las dos caras de Oliva

In Análisis Político on junio 3, 2011 at 5:15 am

Puede ser el final del sexenio, adelantado de por sí por las precampañas tempraneras; puede ser la desilusión de no haber podido ocupar un mejor lugar en el baile de las expectativas nacionales; puede ser simple cansancio y nostalgia de mejores tiempos, pero Juan Manuel Oliva se encuentra viviendo en una dicotomía que puede tornarse peligrosa en la recta final de su mandato.

Por una parte, se ha manejado con maestría, luego de aceptar la dura realidad de no aparecer en la lista de aspirantes presidenciales, para evitar caer en las cargadas que se han visto hasta ahora y reservarse su definición hasta el final.

Gracias al hecho de no haber aparecido en la carta de abajofirmantes que declaró su preferencia por Ernesto Cordero la semana pasada, ausencia que acompañó con la declaración de que el PAN lo que necesita “son propuestas y no candidatos”, esta semana Oliva tendrá la visita de dos presidenciables del gabinete calderonista en Guanajuato.

Alonso Lujambio, titular de la SEP, acudió este jueves a un foro educativo en Irapuato que bien pudo ahorrarse, sobre todo en vista de los conflictos magisteriales que se viven en Oaxaca y Michoacán. Sin embargo, el alto funcionario consideró más relevante acudir a cabildear un posible apoyo para sus aspiraciones con el gobernador al que se sigue catalogando como el mejor operador electoral panista,.

Probablemente no haya logrado mucho el secretario de Educación, pues este domingo estará en León, en un viaje relámpago, el mismísimo secretario de Hacienda y Crédito Público, al que muchos consideran ya como el delfín del calderonismo, expresamente para hacer política partidista.

Cordero parece haberle concedido a Oliva el privilegio de caer en sus brazos en un ambiente de exclusividad, sin necesidad de andar en la pelotera. El mandatario guanajuatense, una vez que resistió el canto de las sirenas con Lujambio, no sólo se pronunciará a favor del favorito de Felipe Calderón, sino que le entregará en charola de plata las firmas de casi todos los consejeros nacionales de Guanajuato.

Al sumarse junto con buena parte de los liderazgos locales, incluidos algunos que le son contrarios en la política local, Oliva muestra su carácter de operador; el hacerlo en un evento particular, además en Guanajuato, incrementa la relevancia de su pronunciamiento.

Sin embargo, la destreza con la que el mandatario guanajuatense ha jugado sus cartas para salir lo mejor librado posible, por lo menos así se ve, en el escenario nacional de su partido en este primer trance sucesorio, no parece estarse replicando en los asuntos domésticos.

Tras el fracaso de una concertación entre las corrientes del oficialismo, a fin de encontrar una alternativa a la confrontación entre los candidatos a dirigir el PAN, Alejandra Reynoso y Gerardo Trujillo, el gobernador ha decidido, casi por motivos de orgullo, mantener su apuesta original y respaldar al máximo a la legisladora federal.

Oliva se tragó el desaire de Reynoso quien rechazó la opción de declinar para impulsar a Juan Carlos Romero Hicks, mostrando de paso que no reconoce ningún ascendiente del gobernador sobre ella y que su búsqueda de apoyo ha sido un gesto de conveniencia.

A partir de esta semana, la operación política a cargo de Román Cifuentes y Jorge González ha arreciado al grado de llegar a las amenazas a consejeros que ocupan cargos en el gobierno o puestos de elección en municipios y el Congreso.

Sin embargo, la estrategia de quebrantahuesos no parece estar dando resultados, pues ha lo único que parece haber incrementado es la simulación que puede estallar el día de las elecciones en un gesto unánime de rechazo a la pretensión impositora.

Así las cosas, de darse la remota posibilidad de que Alejandra Reynoso obtuviera una victoria, esta sería pírrica para Oliva, pues realmente corresponderá a una reivindicación de la ultraderecha más acerba; en cambio, si triunfa Trujillo, se extenderá la sensación de una derrota del mandatario.

De modo que la notable faena que Juan Manuel Oliva realiza en la muy complicada trama de la política nacional, se convierte en la típica ceguera de taller en la política local, logrando un efecto de suma cero que puede entorpecer el final de la administración.

A fin de cuentas, como decía el congresista norteamericano Tip O’Neill en una frase que se volvió clásica: toda política es local.

Botepronto

La jugada ocurrida en el Congreso este lunes, para elegir como consejero electoral del IEEG a Víctor Domínguez Aguilar en lugar de Mario Emilio Vargas Islas, ha traído otros rebotes.

Uno de ellos no es menor: se trata de la afectación de la relación entre el PVEM y el PRI, debido al apoyo de este último a la decisión panista de cambiar la pichada de último momento.

El tema motivó incluso llamadas del senador Arturo Escobar y Vega a la  secretaria de promoción política del PVEM, Beatriz Manrique Guevara, para conocer la razón por la que los priistas, eventuales próximos aliados de los verdes, los dejaron solos en la estacada.

Seguramente, el pastor priista Hugo Varela, a quien no le preocupó el cambio de señales del PAN por no tratarse del consejero que le toca a su partido, no se imaginó que podía provocar todo un incidente de diplomacia política con rebotes nacionales.

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